El neurocientífico Patrik Verstreken, asociado con VIB y KU Leuven, logró deshacer el efecto de uno de los defectos genéticos que conducen a la utilización de la vitamina K2. Su descubrimiento da esperanzas a los pacientes de Parkinson. Esta investigación fue realizada en colaboración con colegas de la Universidad Northern Illinois (EE.UU.) y se publicará esta tarde en el sitio web de la revista Science.

«Se desprende de nuestra investigación que la administración de la vitamina K2 podría ayudar a los pacientes con Parkinson. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer para comprender esto mejor,» afirma Patrik Verstreken.

Si comparamos las células como fábricas pequeñas, las mitocondrias serían los responsables de las plantas de energía para el suministro de la energía para su funcionamiento. Ellos generan esta energía por el transporte de electrones.

En pacientes con Parkinson, la actividad de las mitocondrias y el transporte de electrones han sido interrumpido, resultando en una mitocondria que ya no produce energía suficiente para la célula. Esto tiene consecuencias importantes, las células en ciertas partes del cerebro comienzan a morir alterando la comunicación entre las neuronas. Los resultados son los síntomas típicos del Parkinson: la falta de movimiento (acinesia), temblores y rigidez muscular.

La causa exacta de esta enfermedad neurodegenerativa no se conoce. En los últimos años, sin embargo, los científicos han sido capaces de describir varios defectos genéticos (mutaciones) que se encuentran en los pacientes de Parkinson, incluyendo el PINK1 y mutaciones del gen parkin, que ambos conducen a la actividad mitocondrial reducida. Mediante el estudio de estas mutaciones, los científicos esperan desentrañar los mecanismos subyacentes a la enfermedad.

Las moscas de la fruta (Drosophila) son usados ​​frecuentemente en experimentos de laboratorio a causa de sus ciclos de vida cortos y ciclos de reproducción, entre otras cosas. Dentro de dos semanas de su aparición, cada hembra es capaz de producir cientos de descendientes. Al modificar genéticamente las moscas de la fruta, los científicos pueden estudiar la función de ciertos genes y proteínas. Patrik Verstreken y su equipo utilizaron moscas de la fruta con un defecto genético en el PINK1 o Parkin que es similar a la que se asocia con el Parkinson. Ellos encontraron que las moscas con la mutación PINK1 o Parkin perdieran la capacidad de volar.

Tras un examen más detenido, descubrieron que las mitocondrias en estas moscas eran defectuosas, al igual que en los pacientes con Parkinson. Debido a esto se genera menos energía intracelular – la energía necesaria para hacer los insectos volar. Cuando se dio la vitamina K2 a las moscas , la producción de energía en las mitocondrias se restauró y la capacidad de volar en los insectos mejoro. Los investigadores también pudieron determinar que la producción de energía fue restaurada debido a que la vitamina K2 ha mejorado el transporte de electrones en la mitocondria. Esto a su vez condujo a la producción de energía.

Conclusión
La vitamina K2 juega un papel en la producción de energía de las mitocondrias defectuosas. Debido a que las mitocondrias defectuosas se encuentran también en pacientes de Parkinson con una mutación PINK1 o Parkin, la vitamina K2 ofrece potencialmente la esperanza de un nuevo tratamiento para el Parkinson.

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