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Ansiedad y depresión: por qué los médicos recetan jardinería en lugar de medicamentos

Pasar tiempo al aire libre, tomarse un tiempo fuera de lo cotidiano para rodearse de vegetación y seres vivos puede ser una de las grandes alegrías de la vida, y las investigaciones recientes también sugieren que es bueno para su cuerpo y su cerebro.

Los científicos han descubierto que pasar dos horas a la semana en la naturaleza está relacionado con una mejor salud y bienestar. Tal vez no sea del todo sorprendente que a algunos pacientes se les prescriba cada vez más tiempo en proyectos de jardinería natural y comunitaria como parte de «recetas verdes» por parte del NHS. En Shetland, por ejemplo, a los isleños con depresión y ansiedad se les puede dar «pestañas de la naturaleza», y los médicos recomendarán caminatas y actividades que permitan a las personas conectarse con el aire libre.

Las recetas sociales (tratamientos no médicos que tienen beneficios para la salud) ya se utilizan en todo el NHS para combatir la ansiedad, la soledad y la depresión. A menudo implican la derivación de pacientes a una comunidad u organización voluntaria, donde pueden realizar actividades que ayudan a satisfacer sus necesidades sociales y emocionales, y cada vez más los médicos optan por la jardinería comunitaria, ya que esto también tiene el beneficio adicional de involucrar el tiempo dedicado en la naturaleza, incluso en zonas muy urbanizadas.

Y la base de evidencia para tales tratamientos está creciendo, con investigaciones que indican que la prescripción social puede ayudar a mejorar los niveles de ansiedad y la salud general del paciente. Los resultados también parecen sugerir que los esquemas de prescripción social pueden conducir a una reducción en el uso de los servicios del NHS.

Los beneficios de la jardinería.

La investigación muestra que la jardinería puede mejorar directamente el bienestar de las personas. Y que participar en la jardinería comunitaria también puede alentar a las personas a adoptar comportamientos más saludables. Puede ser, por ejemplo, que los proyectos del vecindario se puedan alcanzar a pie o en bicicleta, lo que lleva a las personas a tomar opciones de transporte más activas en su vida diaria. Comer los productos de un huerto comunitario también puede ayudar a las personas a formar el hábito de comer alimentos frescos cultivados localmente.

El cultivo de alimentos es a menudo la fuerza impulsora detrás de los proyectos de jardinería comunitaria, ya sea exclusivamente para el consumo de los jardineros o para la distribución o venta local. A diferencia de crecer en parcelas individuales o jardines privados, la jardinería comunitaria requiere un elemento de cooperación y planificación colectiva. Trabajar juntos hacia objetivos compartidos puede crear un verdadero sentido de comunidad. Y en un jardín, puede desarrollarse un sentimiento de conexión, no solo con otras personas, sino también con el mundo en general.

Los jardines también juegan un papel importante en la conservación de la biodiversidad, al desarrollar bolsas y corredores de vida silvestre en pueblos y ciudades, una idea alentada por el programa Giving Nature a Home de la RSPB. La inclusión de incluso un pequeño estanque en un jardín puede proporcionar un hogar para especies importantes como los anfibios. Los jardines también pueden ayudar a mitigar el cambio climático. Su vegetación captura carbono y puede mejorar la calidad del aire. Las raíces de los árboles y arbustos en el suelo absorben agua, reduciendo el riesgo de inundación.

Entonces, debido a que las relaciones de las personas con el mundo vivo afectan sus comportamientos hacia él, participar en la jardinería comunitaria también podría hacer que las personas mayores y jóvenes sean más conscientes y responsables con el medio ambiente. Al conectar a las personas con la naturaleza, puede ser que los jardines comunitarios también puedan ayudar a transformar la sociedad, permitiendo a los pueblos y ciudades avanzar hacia un futuro más sostenible.

Conexiones comunitarias

Este proceso de usar plantas y jardines para mejorar la salud se conoce como horticultura social y terapéutica. Además de promover los beneficios para la salud física y mental, también se ha demostrado que la horticultura social y terapéutica ayuda a mejorar las habilidades de comunicación y pensamiento de las personas.

En el Centro de Estudios de Sistemas de la Universidad de Hull queremos entender más acerca de las formas en que la jardinería comunitaria puede impulsar el bienestar de las personas, las sociedades y el mundo en vida. Por lo tanto, estamos trabajando con el Rainbow Community Garden en Hull, que también tiene vínculos con escuelas locales, servicios sociales, equipos de salud mental y asociaciones de veteranos, para observar actividades e interacciones a lo largo de un año. También estamos entrevistando al personal y a los voluntarios sobre sus experiencias, observando cómo cambia el bienestar de las personas a medida que participan en el proyecto.

Aunque ninguna intervención es adecuada para todos, los jardines comunitarios tienen un gran atractivo y potencial. Pero tales proyectos tienden a ser administrados por organizaciones de caridad, que a menudo dependen de fondos de subvenciones para emplear personal y proporcionar equipos. Y en un momento en que las brechas de financiación significan que los consejos locales están luchando por preservar los parques y jardines públicos, parece que a pesar de todos los aspectos positivos que se pueden obtener con dichos espacios, el futuro de muchos grupos comunitarios de jardinería podría ser incierto.

Esto claramente sería una pérdida masiva, ya que el bienestar individual, el bienestar social y el mundo vivo están todos inextricablemente vinculados. John Donne tenía razón cuando dijo «ningún hombre es una isla». Los jardines comunitarios pueden reunir a diversos grupos de personas y es posible hacer que estos espacios sean ampliamente inclusivos y accesibles. Las camas elevadas y los caminos pavimentados, por ejemplo, pueden mejorar el acceso de los usuarios de sillas de ruedas, mientras que se puede crear una experiencia sensorial compleja utilizando olores y sonidos, así como estímulos visuales. Esperamos que nuestra investigación ayude a resaltar la importancia de estos lugares y los muchos beneficios que pueden aportar a las personas, la sociedad y el mundo viviente.

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