Un nuevo estudio dirigido por José Javier Bravo-Cordero, investigador español en el Colegio Albert Einstein de Medicina de Nueva York, detalla cómo las células con niveles bajos de la proteína 1 profilina en tumores de mama aumentan su capacidad para metastatizar e invadir otros tejidos.

En los últimos años, los profesionales médicos han estado muy interesados en el desarrollo de nuevos tratamientos para combatir la propagación del cáncer, que es la mayor causa de muerte en los pacientes con esta enfermedad.

Sin embargo, los tratamientos efectivos todavía no han sido desarrollados para detener o evitar que las células tumorales se diseminan desde el tumor primario, un paso crítico en el cáncer de alcanzar diferentes órganos durante la metástasis.

Ahora, un nuevo estudio publicado en el European Journal of Cell Biology y dirigido por José Javier Bravo-Cordero, un investigador español que trabaja en el Colegio Albert Einstein de Medicina en Nueva York (EE.UU.), revela cómo la profilina 1 interviene en la formación de proteínas de determinación de las estructuras para la invasión tumoral.

«Para obtener este nivel de eficacia de las células tumorales forman una estructura subcelular denominado invadopodios (del Invado América, invadir y podio, pies, pies invasivos) y lo utilizan para extender hacia otras partes del organismo», explica Bravo-Cordero a SINC.

Utilizando técnicas de microscopía de alta resolución, los autores han sido capaces de estudiar la dinámica de la invadopodios en las células tumorales que carecen de profilina 1, y describa su papel y la ruta que regulan.

Por lo tanto los pacientes con tumores de cáncer de mama muestran niveles reducidos de la proteína profilina 1, que está relacionado con un aumento en la capacidad de los tumores de mama humanos para metastatizar otros órganos.

«Sorprendentemente, las células que carecen de la profilina 1 muestran actividad extremadamente invasiva mediada por el invadopodios, en comparación con las células control. Es como si hubiéramos tomado el freno y perdió el control del vehículo», describe el científico español.

Es más, añade Bravo-Cordero, «en ausencia de profilina 1 del invadopodios son más agresivos cuando se trata de la degradación de la matriz extracelular y son altamente estructuras invasivas, lo que explica el alto potencial metastásico de estas células».

Una estructura fundamental

El trabajo, realizado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.), muestra la importancia de la estructura interna de la invadopodios y el citoesqueleto de actina (básicamente el andamiaje de las células eucariotas) en su función y cómo profilin 1 juega un papel vital en su regulación.

«Si destruimos los andamios, las estructuras no forman;. De la misma manera si somos muy eficientes con el montaje de este andamiaje podemos formar estructuras que tienen más capacidad invasiva Estas son las variables que tenemos que jugar con parar tumores invasivos y profilina 1 regula este equilibrio «, señala el experto.

Los autores han descrito la ruta molecular que permite al invadopodios a ser más agresivo en las células que carecen de la profilina 1. Esta ruta tiene un papel en su proceso de maduración para que éstos sean eficientes.

«Es una cuestión de maduración. En ausencia de esta proteína la invadopodios madura más rápidamente, ser más eficientes en su función, degradar la matriz más rápidamente después de haber quitado el freno de profilina 1, y por lo tanto, estas células tienen una mayor capacidad para la invasión , «declara Alejandra Valenzuela-Iglesias, científico de la Universidad de Sonora (México) y autor principal del estudio.

Los investigadores destacan que en la actualidad «cómo se revela toda la maquinaria invasivo a nivel subcelular y estamos identificando las» tuercas y tornillos «debemos ajustar para evitar que las células tumorales se propague. Esto será de gran ayuda en el desarrollo de nuevos tratamientos que pueden ayudar a detener el proceso de metástasis «, concluyen.

profilina 1

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