Por primera vez, científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison han hecho las estructuras de la retina de células progenitoras neurorretiniano con madre pluripotentes inducidas (iPS) con células derivadas de la sangre humana.

Y en otro avance, las estructuras de la retina ha demostrado su capacidad para formar capas de células – como hace la retina en el desarrollo humano normal – y que estas células poseen la maquinaria que les permitiera comunicar la información. (Sensibles a la luz, las células fotorreceptoras de la retina a lo largo de la pared posterior del ojo producen impulsos que son en última instancia, transmitidas a través del nervio óptico y luego al cerebro, lo que le permite ver.)

En conjunto, estos hallazgos sugieren que es posible reunir a humanos células de la retina y más tejidos de retina complejos, todos a partir de una muestra de sangre de rutina del paciente.

«No sabemos hasta qué punto esta tecnología nos llevará, pero el hecho de que somos capaces de hacer crecer una estructura de la retina rudimentaria a partir de células de sangre de un paciente es alentador, no sólo porque confirma nuestro trabajo anterior con células de piel humana, pero también porque la sangre como fuente de partida es conveniente para obtener «, dice el Dr. David Gamm, un oftalmólogo pediatra y autor principal del estudio. «Este es un paso sólido hacia adelante.»

En 2011, el laboratorio Gamm crearan estructuras de la etapa más primitiva de desarrollo de la retina con células madre embrionarias y células madre derivadas de la piel humana. Si bien estas estructuras generan los principales tipos de células de la retina, incluyendo los fotorreceptores.
Esta vez, el equipo, dirigido por Gamm, profesor asistente de oftalmología y ciencias visuales en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y la Salud Pública, y el investigador postdoctoral y autor principal el Dr. Joseph Phillips, utilizaron su método para hacer crecer la retina, como el tejido de las células iPS derivados de sangre humana reunida a través de las técnicas de dibujo de sangre.

«Tuvimos la suerte de que la CDI compartían un interés en nuestro trabajo. Combinando la experiencia de nuestro laboratorio con el de CDI fue fundamental para el éxito de este estudio», agregó Gamm.

Más información: Los resultados se publicaron en el 12 de marzo 2012 edición en línea de Investigative Ophthalmology & Visual Science, la revista de la Asociación para la Investigación en Visión y Oftalmología.

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