Para reducir drásticamente las posibilidades de contraer la enfermedad de Alzheimer, coge tus cosas y baje al gimnasio, al jardín o incluso hasta el punto de baile local. Un nuevo estudio, publicado en la Revista de la Enfermedad de Alzheimer, considera que cualquier tipo de ejercicio puede mejorar el volumen cerebral y reducir el riesgo de la enfermedad en un 50%.

La Asociación de Alzheimer estima que la enfermedad de Alzheimer afecta actualmente a 5.1 millones de estadounidenses. Se espera que el número aumente a 13.8 millones en los próximos 30 años, tal como el envejecimiento de la población se expande.

Actualmente no existe cura, y las intervenciones se centran en la prevención a través de la gestión de estilo de vida.

El Dr. Ciro A. Raji, PhD, de la Universidad de California-Los Angeles (UCLA) Centro Médico, y sus colegas, se unieron con investigadores de la Universidad de Pittsburgh, en Pennsylvania para averiguar más sobre el efecto del ejercicio aeróbico en el cerebro.

Miraron a una serie de 876 pacientes que participaron en los 30 años de Cardiovascular Health Study, a través de cuatro centros de investigación en los EE.UU.. La edad promedio de los participantes fue de 78 años.

El equipo examinó datos de la memoria de los participantes en el tiempo y administraron cuestionarios estándar sobre sus hábitos de actividad física, que variaban ampliamente y que incluían la jardinería, bailar y montar una bicicleta de ejercicio en el gimnasio.

Imágenes de resonancia magnética reflejan beneficios del ejercicio sobre el cerebro

Los investigadores también llevaron a cabo escáneres cerebrales a través de imágenes de resonancia magnética (MRI), y las analizaron utilizando algoritmos informáticos avanzados. Esto les permitió medir los volúmenes de las estructuras del cerebro, tales como el hipocampo, que están asociadas con la memoria y el Alzheimer.

A continuación, correlacionaron las actividades físicas de los participantes a sus volúmenes cerebrales y resumieron el consumo de calorías por semana, a partir de estas actividades.

Los resultados mostraron que cuanto más actividad física el individuo realizó, mayor era el volumen del cerebro en partes clave del cerebro y, específicamente, los lóbulos frontales, temporales y parietales, incluyendo el hipocampo. Por otra parte, los individuos cuyos cerebros se habían beneficiado de la actividad física adicional, tenían un riesgo 50% menor de la demencia de Alzheimer.

Alrededor del 25% de los participantes tenían deterioro cognitivo leve, asociado con la enfermedad de Alzheimer. El aumento de su actividad física también se ha encontrado para aumentar sus volúmenes cerebrales.

George Perry, PhD, que es el editor en jefe de la Revista de la Enfermedad de Alzheimer, espera que el estudio será el primer paso hacia la medición objetiva biológica en el campo de la enfermedad de Alzheimer.

El doctor Raji añade:

«No tenemos ninguna cura o solución óptima para la enfermedad de Alzheimer. Nuestro foco debe estar en la prevención.»

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