La velocidad con que comemos los alimentos tiene una influencia en el peso corporal y comer despacio tiene resultados comparables a la cirugía bariátrica, un estudio realizado por un investigador portugués, que ganó un premio internacional.

La investigación de Julia Gallardo duró un año y se basó en 500 jóvenes obesos que se estaba siguiendo en el Hospital Infantil de Bristol, Inglaterra, con el fin de estudiar las hormonas que están relacionadas con los hábitos alimenticios. Ellos son dos de las hormonas del sistema digestivo que circulan en la sangre, la grelina, segregada por el estómago e induce la sensación de hambre y el péptido tirosina-tirosina (PYY), secretada por el intestino y da la sensación de saciedad.

Los jóvenes se dividieron en dos grupos y uno le dio una báscula computarizada en la que colocar el plato de comida en el almuerzo o la cena y la medición de la velocidad a la que comían, y el ritmo con formato estaba a punto de 300-350 gramos en 12-15 minutos. Si la velocidad es superior, el ordenador le diría a comer más despacio.

El segundo grupo (control) se le dio sólo el asesoramiento dietético y físico.

«Durante estos últimos doce meses, vemos que el índice de masa corporal (IMC) en el grupo control y grupo de estudio y el grupo relacionado con el equilibrio tuvieron una disminución en el índice de masa corporal significativamente mayor que el grupo control. Esto nos dejó muy contentos porque era un medio barato y accesible desde todas las disminución de peso «, dijo a la agencia de noticias Lusa investigador.

Julia Gallardo señaló que es de sentido común que comer poco a poco te hace estar satisfecho más rápido y no ganar peso, pero nadie había estudiado alguna vez lo que ocurre con los niveles hormonales.

«Básicamente es una comunicación entre el tracto digestivo y el cerebro, donde el sistema digestivo, dice,» tenemos hambre, el alimento proviene de allí. » Después de comer, dice, «ya es suficiente, estamos satisfechos, usted no necesita más comida para venir ‘», explica el investigador.

De acuerdo con Julia Gallardo, cuando los niños y los adolescentes comían lentamente, las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, y que había sido cambiado totalmente por los malos hábitos alimenticios, se regula de nuevo, que regula también la comunicación entre el sistema digestivo y el cerebro.

De acuerdo con Julia Gallardo, sin perder nunca de menos de treinta minutos para comer, teniendo en cuenta que cada comida debe incluir una sopa de verduras y un plato principal.

Investigador espera que este descubrimiento se reporta en los centros de salud, o incluso campañas de sensibilización en las escuelas, teniendo en cuenta que este es un caso de salud pública.

Julia Gallardo fue galardonado este año con Henning Andersen, de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica.

Fuente: Publico.pt 

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