Para muchas personas, la adolescencia y la adultez temprana es un período lleno de horas de noche y fiestas. Pero un nuevo estudio sugiere que estas últimas noches pueden tener consecuencias negativas para el control de peso.

Publicado en la revista Sleep, el estudio encontró que cuanto más tarde un adolescente o adulto joven va a la cama, durante la semana, más probabilidades hay de que gane de peso con el tiempo.

La investigación fue realizada por el autor principal Lauren Asarnow, de la Universidad de California-Berkeley, y sus colegas de la Universidad de Columbia en Nueva York, NY. Es el primer estudio observacional para evaluar la relación entre la hora de dormir y el índice de masa corporal (IMC) entre cualquier grupo de edad.

Según la Fundación Nacional del Sueño, los adolescentes 14-17 años de edad deben estar recibiendo alrededor de 8 a 10 horas de sueño cada noche, mientras que los adultos jóvenes 18-25 años de edad deben estar recibiendo alrededor de 7-9 horas de sueño cada noche.

Sin embargo, un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revela que sólo el 31% de los estudiantes de secundaria reportan conseguir por lo menos 8 horas de sueño por noche, mientras que casi el 30% de los adultos jóvenes reportan dormir menos de 6 horas cada noche.

Es bien conocido que la falta de sueño puede afectar a la salud. Hay informes y estudios que afirman que no dormir lo suficiente puede aumentar el riesgo de contraer un simple resfriado, o que relacionan la falta de sueño con los primeros signos de una enfermedad cardíaca.

Para este estudio en concreto, Asarnow y sus colegas se propusieron a determinar si existe una relación entre el tiempo que una persona va a la cama y el riesgo de aumento de peso.

Acostar a los adolescentes ‘un objetivo potencial para el control de peso’
El equipo analizó datos de 3.342 jóvenes y adultos jóvenes que formaban parte del Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente desde 1994 hasta 2009.

Cada participante informó su hora de dormir entre semana y fin de semana en tres momentos: durante el inicio de la pubertad, los años en la edad universitaria y la juventud. Sus investigadores calcularon el índice de masa corporal de los participantes en cada momento.

El equipo encontró que un individuo entre la adolescencia y la edad adulta, cuanto más tarde era su hora de dormir, más propenso era a ganar peso en un período de 5 años; por cada hora más tarde que el participante informaba ir a la cama, se identificó un aumento en el IMC de 2,1 kg / m2.

Los investigadores se sorprendieron al encontrar estos resultados, que se mantuvieron incluso después de considerar la duración total del sueño de los participantes, el tiempo de televisión y los niveles de actividad física.

Al comentar sobre los hallazgos, Asarnow dice:

«Estos resultados ponen de manifiesto la hora de dormir de los adolescentes, no sólo en el tiempo total de sueño, como un objetivo potencial para el control de peso durante la transición a la edad adulta.»
Agrega también que los adolescentes deben ir a la cama más temprano con el fin de «establecer su peso en un curso más saludable a medida que transitan para la edad adulta.»

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