¿Qué causa el síndrome de fatiga crónica? La respuesta a esta pregunta continúa desconcertando a los investigadores, tanto es así que incluso algunos han cuestionado si la condición existe. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, podría haber arrojado luz sobre una causa biológica, después de encontrar que los pacientes con fatiga crónica tienen un microbioma intestinal alterado.

El autor principal, Maureen Hanson, de los Departamentos de Biología Molecular y Genética y Microbiología de la Universidad de Cornell, y sus colegas, publican sus resultados en la revista Microbioma.

También se conoce como encefalomielitis miálgica (EM), el síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad crónica muy compleja caracterizada por fatiga extrema y persistente, incluso con la presencia de dificultades cognitivas, que no mejora con el descanso.

Aparte de fatiga persistente, los síntomas que se utilizan para diagnosticar EM / SFC incluyen: sueño no reparador; dolor de cabeza – cefalea -; dolor en las articulaciones; dolor de garganta – sensación de un resfriado constante -; intolerancia a la luz (fotofobia), al sonido (hiperacusia) y a los cambios de temperatura; dolor en los nódulos linfáticos en el cuello o las axilas; problemas de concentración y memoria; agotamiento severo y la enfermedad después del ejercicio o esfuerzo mental.

Un diagnóstico de síndrome de fatiga crónica puede hacerse si cuatro o más de estos síntomas han aparecido de forma rutinaria en los últimos 6 meses o más.

Otros síntomas de la enfermedad pueden incluir problemas visuales, mareos o desmayos, confusión mental, y el intestino irritable, quizás por el estrés emocional que causa.

Debido a que los síntomas del SFC son muy similares a de otras enfermedades, la enfermedad puede ser difícil de diagnosticar. Como tal, no está claro cuántas personas en Estados Unidos tienen síndrome de fatiga crónica, aunque las estimaciones sugieren que afecta a alrededor de 1 millón de estadounidenses.

Otro factor que hace que el SFC sea difícil de diagnosticar es que la causa de la enfermedad es totalmente desconocida.

A pesar de años de estudio, los investigadores no han sido capaces de llegar a una conclusión definitiva acerca de lo que desencadena el SFC, llevando a algunos investigadores a sugerir la condición es psicosomática – es decir, que es causada por la ansiedad, el estrés, u otros factores psicológicos.

Sin embargo, Hanson y sus colegas dicen que su nuevo estudio ofrece evidencia de que el SFC no es psicosomático, después de encontrar que las personas con la enfermedad tienen anormalidades en el microbioma intestinal – la población de microbios en el intestino.

Reducción de diversidad de bacterias del intestino – bacterias anti-inflamatorias

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron las heces y muestras de sangre de 48 personas que habían sido diagnosticadas con síndrome de fatiga crónica, junto con las muestras de 39 controles sanos.

En comparación con las muestras de heces de los controles sanos, las muestras de heces de los pacientes con SFC mostraron una reducción en la diversidad de las bacterias intestinales, con menor numero de bacterias anti-inflamatorias, y más bacterias pro-inflamatorias.

El equipo observa que tales anormalidades en las bacterias intestinales se ven a menudo en las muestras de heces de pacientes con la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, que son enfermedades inflamatorias del intestino.

Además, los investigadores encontraron que las muestras de sangre de pacientes con SFC contenían marcadores de inflamación. Dicen que este es probablemente el resultado de las bacterias que entran en la sangre debido a un intestino permeable, que ha sido provocada por problemas intestinales.

El equipo explica que cuando estas bacterias entran en la sangre, esto puede desencadenar una respuesta inmune, lo que podría exacerbar los síntomas del SFC.

Con el uso de la información recién obtenida a partir de heces y sangre, los investigadores descubrieron que podían diagnosticar correctamente el SFC en el 83% de los pacientes – un resultado que podría allanar el camino para nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento para la condición.

«En el futuro, podríamos ver esta técnica como complemento de otros diagnósticos no invasivos, pero si tenemos una mejor idea de lo que está pasando con estos microbios intestinales y los pacientes, tal vez los médicos deberían llevar a cambios en las dietas, el uso de prebióticos, tales como fibras dietéticas o probióticos para ayudar a tratar la enfermedad», explica el primer autor – Ludovic Giloteaux, del Departamento de Biología Molecular y Genética en Cornell.

Los investigadores admiten que no son capaces de determinar si las bacterias intestinales alteradas son una de las causas del síndrome de fatiga crónica o el resultado de la condición, y esto es algo que planean investigar en futuros estudios.

Aún así, creen que sus hallazgos podrían ayudar a obtener una mejor comprensión de las causas subyacentes de la SFC.

Según Maureen Hanson:

«Nuestro trabajo demuestra que el microbioma intestinal bacteriano en pacientes con SFC no es normal, tal vez dando lugar a síntomas gastrointestinales e inflamatorios en las víctimas de la enfermedad.

Por otra parte, nuestra detección de una anomalía biológica proporciona más pruebas en contra del concepto ridículo que la enfermedad es de origen psicológico».

Datos básicos sobre el síndrome de fatiga crónica:

  • Las mujeres son de dos a cuatro veces más propensas de desarrollar síndrome de fatiga crónica que los hombres;
  • Mientras que los niños pueden desarrollar síndrome de fatiga crónica, es mucho menos común que en los adultos;
  • Actualmente no hay tratamientos para el síndrome de fatiga crónica que hayan sido aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
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