Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Liverpool – Instituto de Envejecimiento y Enfermedades Crónicas – ha identificado los productos alimenticios que pueden ayudar a prevenir la inflamación crónica que contribuye a muchas causas principales de muerte.

La inflamación es un proceso de respuesta fisiológica normal que causa que sane el tejido dañado – cuando algo no va bien – y empieza cuando los compuestos químicos son liberados por el tejido dañado. Como respuesta, los glóbulos blancos producen sustancias que hacen que las células se dividan y crezcan para reconstruir el tejido y ayudar a reparar la lesión. Una vez sanada la herida, cesa el proceso inflamatorio.

En la inflamación crónica, el proceso inflamatorio puede empezar aun cuando no haya lesión, y no termina cuando debería terminar. No siempre se sabe por qué continúa la inflamación.

La inflamación crónica puede ser causada por infecciones que no desaparecen, por reacciones inmunitarias anormales a los tejidos normales o por estados como la obesidad.

Con el tiempo, la inflamación crónica puede causar daño al ADN y llevar al cáncer. Por ejemplo, las personas con enfermedades inflamatorias crónicas del intestino, como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, tienen un riesgo mayor de cáncer de colon.

La inflamación se produce naturalmente en el cuerpo, pero cuando va mal o se prolonga demasiado, puede desencadenar procesos de enfermedad. La inflamación descontrolada juega un papel en muchas enfermedades importantes como el cáncer, enfermedades del corazón, la diabetes y la enfermedad de Alzheimer.

Las dietas ricas en frutas y verduras, que contienen polifenoles, protegen contra la inflamación relacionada con la edad y las enfermedades crónicas.

Comunicación de célula a célula

Los polifenoles son un grupo de sustancias químicas encontradas en plantas caracterizadas por la presencia de más de un grupo fenol por molécula. Los polifenoles son generalmente subdivididos en taninos hidrolizables, que son ésteres de ácido gálico de glucosa y otros azúcares; y fenilpropanoides, como la lignina, flavonoides y taninos condensados.

Los polifenoles son abundantes micronutrientes en la dieta, y la evidencia de su papel en la prevención de enfermedades degenerativas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares ya está surgiendo. Los efectos sobre la salud originados de los polifenoles dependen de la cantidad consumida y de su biodisponibilidad.

Las células T o linfocitos T, son un tipo de glóbulos blancos que circulan por nuestro cuerpo, y su función es la exploración para detectar anormalidades celulares e infecciones. Contribuyen a la célula las moléculas de señalización (citoquinas) que ayudan a la comunicación de célula a célula en la respuesta inmune y estimular el movimiento de las células hacia los sitios de inflamación, infección y trauma. Las citoquinas son modulados por la ingesta de frutas y verduras.

Poco se sabe de la potencia relativa de diferentes fenoles (poli) en la modulación de la liberación de citoquinas por los linfocitos.

Mediadores proinflamatorios

El estudio, realizado por Sian Richardson y el Dr. Chris Ford del Instituto de Envejecimiento y Enfermedades Crónicas de la Universidad, examinó las diferentes potencias de los polifenoles.

Sian Richardson, dijo: «Los resultados de nuestro estudio sugieren que el (poli) fenoles derivados de la cebolla, la cúrcuma, las uvas rojas, té verde y bayas de açai pueden ayudar a reducir la liberación de mediadores pro-inflamatorios en personas en riesgo de inflamación crónica.

«Las personas mayores son más susceptibles a la inflamación crónica y, como tales, pueden beneficiarse de complementar su dieta con isorhamnetin, el resveratrol, curcumina y ácido vanillic o con las fuentes de alimentos que producen estas moléculas bioactivas.»

Fuente: Identificación de tratamientos (poli) fenol que modulan la liberación de citoquinas pro-inflamatorias por los linfocitos humanos. Christopher T. Ford, Sian Richardson, Francis McArdle, Silvina B. Lotito, Alan Crozier, Anne McArdle y Malcolm J. Jackson. British Journal of Nutrition. DOI: 10.1017 / S0007114516000805. Publicado en Internet el 17 de marzo de de 2016.

Como información adicional tenemos que las principales fuentes de polifenoles son las bayas de frutos – açaí, grosellas, fresas, moras, frambuesas -, té, cerveza, uvas/vino, aceite de oliva, chocolate/cacao, nueces, maníes, granadas, yerba mate, y otras frutas y vegetales.

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