Desde los refrescos al simple pan blanco, casi todo en el menú parece contener azúcar. Aunque las bebidas llamadas «dietéticas» han sido promovidas como una alternativa saludable a otras bebidas endulzadas con azúcar, los investigadores ahora argumentan que este no es el caso.

En la actualidad hay numerosas campañas que tratan de aumentar la conciencia de los efectos negativos sobre la salud provenientes del azúcar, especialmente en el aumento de peso y la obesidad.

El azúcar es muy penetrante en nuestra dieta. Aproximadamente el 75% de los alimentos y bebidas procesadas ​​contienen azúcar añadido.

Además, el consumo de bebidas azucaradas se ha quintuplicado desde los años cincuenta.

Numerosos estudios han señalado un vínculo entre las bebidas azucaradas y enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y diabetes.

La alternativa a estas, promovida por las compañías de refrescos, es la bebida libre de azúcar, o como la llaman «dietética». Estas bebidas artificialmente azucaradas se dice que son saludables y evitan el aumento de peso.

Pero los investigadores del Imperial College de Londres, en el Reino Unido, argumentan lo contrario.

Bebidas con azúcar Versus bebidas dietéticas

Un nuevo comentario sobre la investigación y la política existente sobre las bebidas artificialmente azucaradas – publicado en la revista PLOS Medicine – argumenta que estas son tan ineficaces en la prevención de la pérdida de peso como sus contrapartes de azúcar completo – bebidas azucaradas.

El comentario es un esfuerzo de colaboración entre el Imperial College de Londres, la Universidad de Sao Paulo y la Universidad Federal de Pelotas – ambas en Brasil – y la Universidad de Washington en St. Louis, MO.

Según los autores, en los Estados Unidos, las bebidas azucaradas constituyen un tercio de la ingesta total de azúcar entre los adolescentes. En Brasil, son la segunda fuente más grande de azúcar en la dieta, y en los Estados Unidos, estas representan casi la mitad del azúcar añadido en la dieta de los estadounidenses.

Los investigadores – dirigidos por el Prof. Christopher Millett – argumentan que aunque las bebidas azucaradas son muy altas en calorías, no contiene casi ninguno nutrientes esenciales. Además, la «evidencia epidemiológica convincente» ha sugerido que el consumo de las bebidas azucaradas aumenta el riesgo de tener sobrepeso u obesidad, así como desarrollar diabetes.

Las bebidas artificialmente azucaradas – dietéticas – son cada vez más y más populares como una alternativa a las bebidas azucaradas dañinas. En 2008, el número de niños estadounidenses que las consumían se había duplicado, en comparación con 1999.

Las bebidas no alcohólicas, los zumos de frutas, el agua con sabor y el café y el té listos para beber se endulzan artificialmente. Debido a que tienen un sabor similar a sus homólogos de azúcar completo y no tienen contenido energético, las dietéticas son percibidas como saludables, ya que se cree que no activan ningún mecanismo de compensación de energía.

Además, «los impuestos y la reglamentación sobre unas y otras, promoverán en última instancia el consumo de bebidas dietéticas en lugar de agua pura, la fuente deseable de hidratación para todos», menciona el Prof. Carlos Monteiro, uno de los autores de la revisión.

Lo «dietético» es factor de riesgo potencial para las enfermedades crónicas

Sin embargo, los investigadores explican por qué la percepción común de las bebidas dietéticas podría estar equivocada.

Las bebidas artificialmente azucaradas pueden todavía causar un mecanismo compensatorio estimulando los receptores del sabor dulce. Esto puede, a su vez, aumentar el apetito y estimular la secreción de hormonas intestinales. Saber que estas son bajas en calorías podría amplificar estos efectos y conducir al consumo excesivo de otros alimentos.

Esta reacción en cadena podría conducir a aumento de peso, obesidad y complicaciones relacionadas con la obesidad.

De hecho, Millett y el equipo señalan que varios estudios observacionales y metanálisis han correlacionado los dietéticos con el aumento del índice de masa corporal (IMC) y un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas, como la diabetes tipo 2 y el accidente cerebrovascular.

Sin embargo, los estudios observacionales son vulnerables a la denominada causalidad inversa, por ejemplo, las personas con obesidad podrían tender a consumir más, porque están tratando de controlar su peso, en lugar de que las bebidas azucaradas causen el aumento de peso en sí.

Aun así, los ensayos controlados aleatorios de los dietéticos han demostrado que no tienen efecto alguno sobre la pérdida de peso, o sólo reducciones menores de peso.

Los autores advierten contra los peligros de la investigación sesgada y los intereses en conflicto. Se refieren a una revisión sistemática que ha demostrado que los estudios patrocinados por las empresas de bebidas tienden a reportar los efectos positivos de los dietéticos en el control de peso.

«La falta de evidencia sólida sobre los efectos de los dietéticos sobre la salud y la posible influencia del sesgo de los estudios financiados por la industria, debe tomarse en serio cuando se discute si los dietéticos son alternativas adecuadas a los azucarados», dice la Dra. María Carolina Borges, primer autor de la nueva revisión.

Por último, aunque las pruebas revisadas no demuestran directamente que los dietéticos desencadenan aumento de peso o trastornos metabólicos, tampoco muestran que sean eficaces para la pérdida de peso.

Los autores concluyen:

«La ausencia de pruebas para apoyar el papel de los dietéticos en la prevención del aumento de peso, y la falta de estudios sobre otros efectos a largo plazo sobre la salud, fortalecen la posición de que los dietéticos no deben ser promovidos como parte de una dieta saludable.

Lejos de ayudar a resolver la crisis mundial de la obesidad, las características […] relacionadas con la composición de los dietéticos, […] los patrones de consumo y el impacto ambiental los convierten en un factor de riesgo potencial para enfermedades crónicas altamente prevalentes».

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